La enseñanza de la
historia tiene la imperiosa obligación de desarrollar un juicio crítico en cada
alumno(a), basados en un conocimiento
integral y bien contrastado de su pasado histórico, considerando los aspectos causales,
espaciales y temporales, promoviendo debates que a su vez desarrollen sus
competencias argumentativas y que en esa dinámica se privilegie y favorezca el
fortalecimiento y la práctica de principios, valores y actitudes en favor de la
paz, la libertad, el respeto, la democracia, la solidaridad, la tolerancia, la
legalidad y los derechos humanos.
Se recomiendan
algunas estrategias para evitar el aprendizaje de la historia en forma tediosa,
con la aburrida elaboración de extensos resúmenes y memorización de fechas y
personajes. Entre otras:
Mapas históricosHistorietas
Escenificación y teatro guiñol
Línea del tiempo
Carta a personajes del pasado
Noticiero histórico
Un alumno (a)
critico (a) desarrollara su identidad personal y fomentara la nacional, formara
su conciencia social y estará preparado para manejar armónicamente relaciones
personales y afectivas.Desde esa
perspectiva cada ciudadano (a) reconocerán, que cada generación tiene derecho a
conformar su propia etapa histórica y por ende vinculada a su plataforma de
valores.
Deberá crear
conciencia de que cada persona tiene que participar en la construcción de la
historia y deberá reflexionar, en este momento, ¿cómo está participando?, ¿cuál
es su aportación? ¿Si en el futuro, será recordado? ¿Cómo lo recordaran?
¿Positiva o negativamente?Estas acciones
también inciden en el trabajo colaborativo y cooperativo. Estimulan la
autoestima, la autorregulación y la autonomía. Genera condiciones para
establecer relaciones interpersonales, armónicas y constructivas.
En conclusión es
necesario que cada docente cambie su propia historia para entregar mejores
resultados a las futuras generaciones y que nos recuerden positivamente como
los forjadores del cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario